MARCOS CONCEPTUALES AL APRENDIZAJE BASADO EN PROYECTOS ASISTIDO CON TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN Y COMUNICACIÓN EN HISTORIA
RESUMEN
Actualmente los programas y sistemas
educativos están poniendo énfasis en centrar los aprendizajes en el estudiante.
Esta tendencia ha recuperado la identificación y exploración de estrategias de
enseñanza que, mediante la puesta en escena de los alumnos en una situación
didáctica más real, intentan favorecer las destrezas del siglo XXI. Entre
ellas, el aprendizaje basado en proyectos (ABP) asistido con Tecnologías de la
Información y Comunicación (TIC) se ha revelado como una metodología útil en
diversas asignaturas. No obstante, en la enseñanza de la historia, no se ha
llevado a cabo con frecuencia debido, posiblemente, a desconocimiento para
adaptarla a esta área así como a las dificultades de control que presenta como
nueva experiencia en las aulas. El objetivo de este trabajo fue analizar las
características de tres investigaciones que han aplicado el ABP asistido con
TIC en la enseñanza de la historia a través de dos marcos conceptuales
recuperados de la literatura especializada: uno histórico y otro tecnológico. La
finalidad fue la de encontrar posibles guías que puedan explicar, y en un
futuro predecir la efectividad de usar esta
estrategia en el desarrollo del pensamiento histórico. La revisión demostró que
los marcos conceptuales permiten una visión más amplia del valor que toman las
actividades diseñadas y la forma de usar la tecnología en la estrategia para el
logro de los propósitos. También se encontró que la tecnología es usada para
potenciar el producto final del proyecto, pero no se llega a constituir como un
medio para establecer relaciones entre la ciencia, la tecnología y la sociedad.
Palabras
clave: Aprendizaje basado en proyectos,
estrategias de aprendizaje, métodos de enseñanza, tecnologías de la
información, historia.
INTRODUCCIÓN
En
la actualidad las tecnologías están invadiendo la vida cotidiana, razón por la
cual, las necesidades básicas de formación educativa en las personas están
cambiando. En tanto en el pasado la escritura, lectura y resolución de
operaciones elementales era suficiente, hoy no lo son debido a que las nuevas
demandas apuntan hacia el favorecimiento de habilidades de colaboración,
comunicación, toma de decisiones, resolución de problemas y pensamiento
crítico; en donde se ha hecho indispensable tomen lugar durante su desarrollo e
instrucción las habilidades en el manejo de información, medios y tecnologías
(Partnership for 21st Century Skill, 2014).
Dicho
lo anterior, el reto está en centrar los aprendizajes en el estudiante. Esto
trae nuevas tendencias que pretenden acelerar la adopción de la tecnología en
las escuelas, por ejemplo, el cambio de rol docente y el aumento en el uso de
enfoques de aprendizaje más profundos (Johnson, Adams, Estrada, y Freeman,
2014). La función docente empieza a ser más de guía durante las actividades que
muchas veces el mismo estudiante propone. El cambio de enfoque, hace referencia
al uso cada vez más frecuente de formas innovadoras que hacen que el estudiante
se acerque al conocimiento, lo aprenda y aplique. Entre tales destacan el aprendizaje en el servicio, el aprendizaje basado
en problemas, el análisis de casos y el aprendizaje basado en proyectos, todos
modulados ya por la utilización de herramientas tecnológicas con la pretensión
de apoyar en la creación de productos, permitir la comunicación más allá del
aula así como la conexión con el mundo real.
En
diversas asignaturas han sido empleadas y valoradas las diferentes estrategias
de aprendizaje mencionadas, reportando a nivel universitario beneficios en el
desarrollo de competencias profesionales (Artal y Artacho, 2013; Herrerías e
Isoard, 2014) y de destrezas sociales colaborativas (Cenich y Santos, 2005;
Maldonado, 2008). Mientras que en educación básica se señala aumento en el
interés del estudiante y en la participación activa para su propio aprendizaje
(Basilotta y Herrada, 2013; Gértrudix y Ballesteros, 2014; Ortuño, Miralles,
Molina, Alfageme y Gómez, 2011).
En
específico, en la enseñanza de la historia desde hace algunos años se ha
resaltado la importancia de este tipo de estrategias de aprendizaje pues
permiten a los estudiantes analizar y reflexionar sobre el pasado para
comprender lo que acontece en el presente, es decir, desarrollar su pensamiento
histórico. Prats (2001, p. 54) planteaba como una necesidad en la enseñanza de
la historia introducir los métodos y técnicas del historiador con una visión no
de formar futuros historiadores sino ciudadanos cultos capaces de conseguir
saber lo que pasó y poder explicarlo; entre sus propuestas figura fuertemente
la metodología de análisis de casos como “una de las mejores maneras de
iniciarse y adentrarse en el estudio de la complejidad del sistema social”. Otros
autores más, habían hecho notorio el uso adoctrinado del libro de texto en las
aulas (Santiago, 2005; Valverde, 2010) y con ello la necesidad de reorientar
los contenidos curriculares hacia problemas históricos reales, mediante
propuestas de enseñanza dirigidas a la acción histórica investigativa (Prats y
Santacana, 2011; Prieto, Gómez y Miralles, 2013; Santisteban, 2010).
Aunado
a lo anterior, la labor del docente de historia también ha sido objeto de
estudio. Entre sus funciones se han reconocido hacer explícitos los conceptos,
poner a los alumnos en situación de investigación y confrontar las
interpretaciones construidas por ellos (González, 2011; Havekes, Aardema y
Vries, 2010; Lucero y Montanero, 2006; Pagés, 2009). A estas podemos agregar,
poner énfasis en la discusión del tema principal, considerar el nivel de
lecto-escritura de los escolares e incorporar las TIC (Tecnologías de la
Información y Comunicación) en forma planeada e integrada al proyecto educativo
y social (Doolittle, Molebash, Lee, Hicks y Bolick, 2003; Lee y Hicks, 2006;).
En
conjunto, se trata de plantear los contenidos históricos como una situación a
resolver o un proyecto a realizar, lo cual conlleva al entendimiento de que la
historia es más que la memorización de los hechos históricos. De ahí que el
tipo de propuestas didácticas que deberían prevalecer en la escuela son las
actividades que impliquen un proceso de investigación científica en el que los
alumnos tengan una participación activa, trabajen por grupos, comuniquen resultados,
reciban sólo guía del profesor y apliquen lo aprendido. Al respecto González,
Pagés y Santisteban (2011, p. 227), luego de realizar un estudio con alumnos de
secundaria y bachillerato en el que los involucraron en un proyecto de
investigación histórica, que tuvo por producto final la elaboración de una
representación narrativa multimedia, han
expresado que dicha estrategia “ha favorecido la formación de competencias
históricas, es decir, ha sido una metodología realmente eficaz porque ha
motivado al alumnado y los resultados obtenidos son altamente gratificantes”.
En
resumen, cuando el deseo es desarrollar
habilidades para la vida y ejercitar las técnicas que emplean los expertos de
alguna disciplina, se hace obligatorio transitar hacia la comprensión de
métodos pedagógicos más efectivos, que incluyan prácticas tecnológicas acordes
con la era digital. Estas habilidades y técnicas son afines a las competencias
necesarias para desarrollarse como investigador en una disciplina, las cuales
en historia corresponden a las que integran el pensamiento histórico
(Santisteban, 2010): conciencia histórica, imaginación histórica,
representación de la historia e interpretación histórica.
Este
ensayo se centra en el aprendizaje basado en proyectos (ABP) asistido con TIC
debido a la importancia que se le ha dado –junto con otras estrategias- para
favorecer el desarrollo del pensamiento histórico en los estudiantes. La
intención es analizar las características de tres investigaciones que han
aplicado el ABP asistido con TIC en la enseñanza de la historia, teniendo como
marco conceptual de revisión el método histórico descrito por Prats (2001), la
guía para usar tecnología al preparar maestros en estudios sociales de Mason y
otros (2000) y las características básicas del ABP (Díaz-Barriga, 2006) (ver
Tabla 1). La finalidad es valorar la efectividad de los marcos conceptuales
para explicar, y en un futuro predecir, el logro de las competencias históricas
en una investigación o experiencia educativa que acopla el método histórico, el
ABP y las tecnologías.
El aprendizaje basado en proyectos asistido por TIC
Existe
una diversidad de definiciones que caracterizan el aprendizaje basado en
proyectos; no obstante, este puede considerarse como una estrategia o método de
enseñanza que pone énfasis en el planteamiento de situaciones educativas
próximas a la realidad, promueve la interacción social y permite desarrollar
conocimientos conceptuales, procedimentales y actitudinales acerca de un
contenido, disciplina(s) y, más recientemente, de la tecnología.
La
estrategia no es nueva, pueden plantearse sus
inicios desde hace varias décadas en el trabajo de Kilpatrick (1921); sin
embargo, son innegables los beneficios que otorga en comparación con una
enseñanza tradicional. La efectividad del ABP es comprobada por Boaler (1997)
en los resultados de un estudio longitudinal que compraró dos escuelas con
distinta forma de enseñanza matemática: tradicional y basada en proyectos.
La
estrategia de ABP tiene su sustento en un
enfoque problematizador, pues partiendo de los intereses de estudiantes y
profesor, se inicia como una situación realista y concreta a resolver, por
medio de la realización de un proyecto final. En el proceso de solución de la situación,
el estudiante participa activamente en colaboración grupal por lo que se
adquieren habilidades de socialización y comunicación; además, se involucra en
tareas próximas a la realidad y con relevancia cultural que le permiten
experimentar escenarios parecidos a su vida cotidiana o próxima vida
profesional (Díaz-Barriga y Hernández, 2010).
Por
otra parte,
la labor del docente es de guía y supervisor del proceso
enseñanza-aprendizaje-evaluación, en el que debe
estimular a los alumnos a aprender, descubrir y construir nuevos conocimientos,
actos en el que él también se incluye como parte de la comunidad de estudio.
Para que la
enseñanza basada en proyectos sea exitosa en el aula,
se deben considerar algunas características básicas (Diaz-Barriga, 2006):
•
Establecer el propósito o el porqué del proyecto. Implica el
tema o preguntas a partir de las cuales se establecerán las metas del proyecto.
•
Documentación
del tema a abordar. Es parte complementaria de la etapa anterior, su propósito es plantear el proyecto de una forma clara y
viable.
•
Planificar
el proyecto. Es la estrategia de abordaje del
proyecto, se plantea con base en las preguntas: ¿Cómo hacer el proyecto?,
¿Cuándo hacerlo?, ¿Dónde se quiere hacer? y ¿Qué recursos se necesitan?
•
Realizar
el proyecto. Da inicio a lo planificado, pero también al registro de la
experiencia y evaluación formativa y auténtica
del proyecto.
•
Valoración
de la experiencia. Se realizan acciones reflexivas sobre la experiencia y se
derivan conclusiones.
•
Publicación
del proyecto. Es la etapa que da valor al esfuerzo realizado compartiéndolo con los demás miembros de la comunidad
educativa.
Se puede ampliar dicha información sobre las consideraciones al aplicar el ABP viendo el siguiente video del docente Julio Begazo (PUCP, s.f.):
Cuando
esta estrategia de enseñanza se ve asistida por TIC, conlleva las mismas
características; sin embargo, la mayoría de sus actividades, materiales y
productos, consideran el uso de recursos tecnológicos que permiten acceder a
más información, elaborar proyectos creativos, presentarlos y darlos a conocer
a nivel mundial (Fang y otros, 2008). Esto se logra cuando los estudiantes
hacen uso de herramientas como procesadores de texto, base de datos, internet y
software en general, con los que pueden crear
trabajos multimedia, poscast, y videos entre otros, o cuando se acompañan vía
electrónica, participando en foros, blogs o mundos virtuales, que les dan
facilidad de trabajar en conjunto y comunicarse.
Para
Moursund (2002), que el aprendizaje basado en proyectos incorpore el uso de las
TIC le agrega tres nuevas dimensiones: a) son usadas como una ayuda para la
realización de las actividades y el proyecto final; b) forman parte del
contenido temático del proyecto y; c) son el vehículo para ayudar a crear un
ambiente de enseñanza en el que estudiantes y profesores funcionen como una
comunidad de estudiosos, aprendiendo todos en el trabajo. En ese sentido, esta
metodología puede además de lograr los propósitos de aprendizaje, conseguir también algunos de los siguientes
objetivos: generar experticia, desarrollar habilidades de investigación,
favorecer las habilidades de orden superior, concluir un proyecto, utilizar
TIC, autoevaluarse y evaluar a sus pares, motivar, conformar una comunidad de
aprendizaje, etc.
Con la
inclusión de la TIC a la estrategia ABP, surgieron desde la perspectiva de
Harris (1998 citado en Díaz Barriga y Hernández, 2010) otras modalidades
electrónicas:
•
De
recopilación y análisis de la información. Demanda que los alumnos recuperen
información en la web sobre un tema concreto para su posterior análisis y
posible publicación. Dentro de esta se abordan las siguientes subclases:
actividades de creación colectiva de conocimiento, intercambio de información,
minería de datos y visitas virtuales.
•
De
comunicación interpersonal. Busca favorecer la comunicación entre los alumnos,
profesores y expertos. Las más interesantes son: correspondencia alumno-alumno,
el aula global y las reuniones virtuales.
•
De
resolución colaborativa de problemas. Implica enfrentar tareas complejas de
forma conjunta entre compañeros. Sus modalidades son: la investigación
colaborativa, la actividad de creación colectiva y la acción social.
Finalmente
cabe señalar que, desde una perspectiva
integradora del proceso educativo con las TIC, las posibles modalidades
electrónicas señaladas por Harris (1998 citado en Díaz Barriga y Hernández,
2010) parecen sintetizar la metodología del ABP en aspectos mínimos y
concretos, ajustados sólo a la utilidad de las tecnologías en la estrategia.
Esto no es de extrañar, ya que como menciona Thomas (2000) la misma diversidad
de características que se le adjuntan y la falta de una teoría de ABP
universalmente aceptada, ha dado lugar a una gran variedad de actividades de
investigación y desarrollos de ABP. De ahí que, los principios del ABP, pueden
por igual observarse en otros métodos instruccionales tales como la
investigación disciplinar (Levstik y Barton, 2011) y las WebQuest (Dodge,
2007).
MARCO DE REFERENCIA CONCEPTUAL
J.
W. Thomas (2000), con el fin de revisar las investigaciones sobre el
aprendizaje basado en proyectos, había
clasificado en cuatro grandes rubros los estudios; sin embargo, en ninguno
había considerado la utilidad de las TIC. Esto añade una variable más a las
investigaciones y a la vez revela una posibilidad distinta de aplicación del
ABP dentro del área de estudio que se trate.
En ese sentido,
según la disciplina se requerirán distintos tipos de directrices que apoyen al
profesor en el uso de la tecnología durante su práctica. Por lo tanto, la
aplicación del ABP asistido con TIC en historia necesita de un enfoque
tecnológico sustentado en su área. Como ejemplo, Mason y otros (2000) han
denominado cinco principios que deben estar presentes en las habilidades docentes
a la hora de usar tecnología:
1. Ampliar el aprendizaje más allá de
lo que podría hacerse sin la tecnología, generando actividades y enseñando
contenidos de manera más activa y significativa, así como permitiendo que los
estudiantes accedan, manipulen e interpreten los materiales del pasado, por
ejemplo, mediante la búsqueda de fuentes primarias en archivos históricos
digitales.
2. Introducir la tecnología en su
contexto. Implica que docentes y alumnos hagan uso de las herramientas
tecnológicas para crear materiales educativos al mismo tiempo que tienen por
finalidad modelar las tareas de enseñanza. Por ejemplo, hacer hojas de cálculo
para mostrar datos estadísticos
significativos.
3. Incluir oportunidades para que los
estudiantes aprendan la relacion entre la ciencia, la tecnología y la sociedad.
Promoviendo el desarrollo de acciones prosociales como las habilidades de
interacción, autorregulación y el juego imaginativo, a través del abordaje de
temas como la multiculturalidad, diversidad y tolerancia, por ejemplo, mediante
la creación de comunidades virtuales y presenciales que sean complementarias.
4. Fomentar el desarrollo de habilidades
y conocimientos para participar como un buen ciudadano en la sociedad
democrática. Resalta cómo la tecnología puede
ser usada para fomentar la investigación, la toma de perspectiva y la creación
de sentido común, por ejemplo, evaluando sitios web en términos de su
autenticidad mientras investigan en línea, usando software para experimentar la
acción social o uniéndose en línea a organizaciones activistas.
5. Contribuir a la investigación y
acción de estudios sociales y tecnología. Debe evaluar la influencia de la
tecnología y tratar de proporcionar modelos de ejemplo para fusionar la
tecnología con los métodos de instrucción en estudios sociales, por ejemplo,
haciendo uso de videograbaciones de historias vividas por los estudiantes en la
clase u obteniendo evidencia de resultados que aporten a la investigación
educativa.
Aunado a lo
anterior, el método histórico resulta ser importante en la propuesta pues
permitiría integrar las técnicas y conceptos propios de la disciplina al
proceso del ABP asistido con TIC. De esta manera, los estudiantes pudieran
acercarse a la forma en que se construye el conocimiento histórico y a la vez
progresar en el desarrollo del pensamiento histórico, evitando así la simple
memorización de hechos (Gómez, Ortuño y Molina, 2014).
Las pautas seguidas por el historiador según Prats (2001) son:
● Recogida de información previa sobre
el tema de objeto de estudio. Se buscan y analizan todas las fuentes posibles: mapas, manuscritos, videos, periódicos, etc.
● Hipótesis explicativas. Es una
articulación de todos los datos de las fuentes encontradas para dar una posible
explicación a los hechos.
● Análisis y clasificación de las
fuentes históricas. Implica ordenar la información para que dé solidez a las hipótesis, afirmándolas o rechazándolas.
● Crítica
de fuentes. Tiene que ver con analizar críticamente y valorar las fuentes
históricas que muchas veces son opuestas o variadas.
● Causalidad. Hace referencia al
establecimiento de los hechos como causa o consecuencia de otros, a través de
los cuales se construyen preguntas y se buscan sus respuestas.
● Explicación histórica del hecho
estudiado. Consiste en la interpretación objetiva de los hechos con base en las
fuentes históricas para dar una explicación lógica del porqué ocurrió.
Tabla 1
Propuesta
de marcos conceptuales de referencia a la aplicación de ABP asistido con TIC
Método histórico (Prats, 2001) |
Características del ABP (Díaz-Barriga, 2006) |
Directrices de uso tecnológico en
estudios sociales (Mason y otros, 2000) |
Recogida de información |
Establecimiento del propósito |
Ampliación del aprendizaje |
Hipótesis explicativas |
Documentación del tema |
Utilidad en contexto |
Clasificación de fuentes |
Planificación del proyecto |
Relación ciencia, tecnología,
sociedad |
Critica de fuentes |
Realización del proyecto |
Desarrollo de habilidades
ciudadanas |
Causalidad |
Valoración de la experiencia |
Contribución a la investigación y
tecnología |
Explicación histórica |
Publicación del proyecto |
|
En la Tabla
1 se muestran desde nuestro punto de vista, los
elementos indispensables a tener en cuenta en la enseñanza de la historia y
desarrollo del pensamiento histórico. En la parte central, la metodología de
una modalidad de enseñanza avalada por décadas como eficiente en el logro de
aprendizajes de orden superior y ejercitación de prácticas en muy diversas disciplinas; a la izquierda el proceso de pensamiento que realizan
los expertos en la construcción de conocimiento histórico del cual, en la revisión literaria, se ha informado su
relevancia para el desarrollo de habilidades en esta disciplina; y a la derecha
un enfoque centrado en dar el mejor uso a los recursos tecnológicos para el
alcance de competencias específicas del área como aspecto que hoy en día es
medular en todo proceso de formación educativa.
METODOLOGÍA DE BÚSQUEDA DE FUENTES
Para realizar este
trabajo se han revisado bases de datos del CONRICyT: EBSCO, Cambridge Journals,
Academic One File, Informe Académico, Springer Link y ScienceDirect. También bases
de datos de libre acceso como ERIC, Dialnet, DOAJ, Scielo, Latindex y Redalyc.
Para las búsquedas en inglés sean usado los descriptores “project based
learning”, “teaching methods” y “learning strategies” en combinación con
“history”, usando el conector lógico “and”. Se solicitó la aparición de los
descriptores en las secciones de título, palabras clave y resumen. En el caso
de las búsquedas en español el procedimiento fue equivalente. Se revisaron sólo
publicaciones empíricas referidas explícitamente al ABP con TIC en historia o
con temáticas relacionas a la disciplina, de un periodo comprendido de 2004 a
noviembre de 2014.
ANÁLISIS DE
INVESTIGACIONES SOBRE ABP ASISTIDO CON TIC SEGÚN LOS MARCOS CONCEPTUALES
PROPUESTOS
Aunque la
literatura revisada ha recomendado centrar el aprendizaje en el estudiante
mediante el uso de estrategias de enseñanza que permitan involucrarlo en su
aprendizaje y situarlo frente a retos o problemáticas, esto aún no es una
realidad constante en las aulas y en las investigaciones educativas. La
búsqueda de investigaciones empíricas en el tema de ABP asistido o no con TIC
en historia tampoco ha resultado ser muy fructífera; muchas veces lo que ha traído como resultado son reportes de experiencias
con bajo rigor metodológico, esto probablemente se deba a la dificultad que
lleva controlar las diversas variables de la investigación y las generadas por
la misma estrategia ABP asistido con TIC dentro de un aula presencial o
virtual. También se debe recordar que la existencia de diferentes modalidades
de ABP asistido con TIC puede presentar una dificultad para la selección
adecuada de fuentes.
Con
todo lo anterior, cuando la búsqueda se restringe a una disciplina específica
como es el caso de la historia, puede resultar frustrante la recolección. No
obstante, este estudio no pretende ser una revisión exhaustiva de la literatura
experimental ni teórica, sino una ejemplificación de lo útil que puede ser
tener marcos de referencia conceptuales cuando nuestra intención es
involucrarnos en el uso de una estrategia para el desarrollo de competencias
disciplinares.
Como
resultado de la búsqueda señalada en el rubro anterior, fueron seleccionadas
tres investigaciones experimentales bajo los criterios de: usar el ABP asistido
con TIC, ser llevadas a cabo con temáticas de historia, haberse realizado en
las aulas regulares de secundaria hasta media superior y contar con los textos
en su versión completa. Además, interesó que uno de ellos fuera enfocado a
evaluar las diferentes habilidades
individuales en las inteligencias múltiples, otro a evaluar las actitudes y
creencias hacia los estudios sociales así como la demostración de conocimiento
y habilidades en historia, y el último centrado en el desarrollo de la
competencia interpretación histórica.
Primer
estudio
Grant y
Branch (2005) realizaron un estudio de caso con cinco
estudiantes de secundaria que participaban en un ambiente de aprendizaje basado
en proyectos, en el que les requerían la
construcción de un objeto de aprendizaje mediado por computadora. El propósito
del estudio consistió en explorar las diferentes habilidades que los
estudiantes demostraban durante la construcción de dicho objeto. La estrategia
de aprendizaje por proyectos y la creación del objeto permitieron además
obtener evidencia para entender las interacciones entre alumnos con menos
instrucción docente y más autonomía para ellos. Los
resultados indican que el objeto de aprendizaje mediado por computadora refleja
diferencias en sus habilidades individuales y que el ambiente ABP les permitió
participar en la toma de decisiones.
Las
características del ABP asistidas con TIC se incorporaron a una WebQuest que
fue realizada entre el investigador y el docente de grupo. Ésta incorporaba una
problemática acerca de los derechos humanos en diferentes países, con lo que se
abordó el establecimiento de un propósito. En la WebQuest se consideraron
cuatro estaciones de actividades en las que se pudo observar la incorporación
completa del proceso de ABP con TIC. De esta forma, la WebQuest llevaba a los
estudiantes de novatos a expertos en la investigación.
En
el uso de la tecnología se destaca la importancia de buscar evidencia en los
proyectos de los alumnos, que consistieron en exhibir un museo con apoyo
digital, lo cual permite al investigador contribuir en el ámbito de las
tecnologías y en menor medida las ciencias sociales. No obstante, para los
alumnos dicha actividad podía lograrse sin hacer uso de la tecnología y de
igual forma se menciona que los recursos de internet eran ya señalados,
evitando la búsqueda de información. Ambos hechos hacen notar la falta de
utilidad de la tecnología para ampliar los aprendizajes más allá de las formas
comunes.
Para
el caso de uso del método histórico, en la etapa uno de la WebQuest, los
estudiantes experimentaron la recogida de datos pero sin hacer una verdadera
búsqueda de las fuentes. La estación dos permitió la formulación de hipótesis
explicativas al reescribir los derechos humanos aplicados a otro país; la
estación tres ofreció oportunidad para abordar en forma conjunta los procesos
de clasificación y crítica de fuentes, ya que les exigía preparar una
investigación documental del tema; la estación cuatro solicitó una visión
profunda de los derechos humanos violados en otro país expresada en el proyecto
final, con lo que se indujo a la causalidad y explicación histórica.
En resumen,
la investigación incluyó en su totalidad las cualidades básicas del ABP pero la
tecnología no ofreció nada verdaderamente significativo para su aprendizaje
digital y social. Sin embargo, se puede decir que los alumnos si tuvieron la
oportunidad de experimentar el método histórico.
Segundo
estudio
Hernández-Ramos
y De la Paz (2009), tomando como antecedentes la necesidad de identificar estrategias de enseñanza que
animen a los estudiantes a desarrollar conocimientos y habilidades históricas,
llevaron a cabo una investigación que contrastó la experiencia de estudiantes de
secundaria sometidos al ABP asistido con TIC con la de estudiantes de otra
escuela que participaron en una enseñanza más tradicional. El objetivo del
estudio fue explorar las habilidades y actitudes hacia el aprendizaje de
información histórica, para lo cual realizaron un estudio cuasi-experimental
usando un diseño pretest-postest. Los resultados indican que los alumnos bajo
la intervención del ABP asistido con TIC tuvieron un crecimiento en sus
habilidades del pensamiento histórico y una mejoría en sus actitudes hacia el
estudio de la historia.
Respecto
al uso tecnológico, la solicitud de creación de una presentación interactiva
multimedia para su posterior comunicación a la comunidad escolar, propició la
generación de materiales en forma activa y significativa por parte de los
estudiantes en un contexto de utilidad a sus estudios, así como la manipulación
e interpretación de los contenidos históricos con el uso de las TIC. Además,
puede pensarse que dicha actividad al ser transmitida a otros miembros en forma
colaborativa, promovió el desarrollo de habilidades sociales y de
autorregulación con lo que se relacionó la tecnología, la ciencia y la
sociedad. Durante el desarrollo de la investigación el maestro de grupo con
apoyo del investigador, mostraron e instruyeron el uso del software
directamente en la situación de enseñanza para al final, evaluar el grado de
evidencia del pensamiento histórico en las presentaciones grupales; ello aporta
a la investigación en estudios sociales y la tecnología.
El
procedimiento de instrucción abarcó la formulación de una pregunta que ayudó a
establecer las metas del proyecto a partir de un tema propio de la asignatura,
pero no de relevancia cultural. La documentación del tema les fue ofrecida a
través de un conjunto de fuentes digitales. Tanto la planificación como el
proceso de realización del proyecto no son descritos en el artículo, aunque se
infiere que hubo espacios y tiempos considerables para llevarse a cabo.
Finalmente, se hace mención al cumplimiento de las dos últimas fases del ABP
asistido con TIC, la revisión reflexiva y valoración de la experiencia de los
estudiantes durante las tres últimas semanas del estudio y la publicación del proyecto.
Para el caso
de inclusión del método histórico se revela que no hubo acceso a la búsqueda de
información como tal, pues esta fue dada en
forma empaquetada digitalmente sin posibilidades de ampliar la investigación
sobre el tema. El estudio informa sobre un periodo en la estrategia en el que
se realizó la intervención del docente e investigador para apoyar a los estudiantes en el uso y
razonamiento de las fuentes de información, pero es imposible revelar el
proceso que siguió para ello y su relación con las etapas del método histórico.
En cambio, las etapas de causalidad y explicación del hecho histórico fueron
aplicadas cuando los estudiantes expusieron sus trabajos y con ello la
respuesta a la pregunta inicial del proyecto.
El
trabajo muestra un fuerte énfasis en todos los aspectos del uso de la
tecnología con fines en el aprendizaje de las ciencias sociales, a excepción
del desarrollo de las habilidades ciudadanas. La estrategia de ABP asistida con
TIC es hasta donde lo permite entender la información ofrecida, acorde a sus
características esenciales para el éxito. El método histórico es el menos
tratado durante el experimento.
Tercer
estudio
Gonzáles,
Pagés y otros (2011) presentan un trabajo sobre la evaluación del proceso del
pensamiento histórico, en específico de la competencia interpretación
histórica, aunque toman muy en cuenta las relaciones que esta tiene con el
resto de competencias. El estudio se llevó a cabo con alumnos de escuela
secundaria y bachillerato mediante una secuencia didáctica que involucró el ABP
asistido con TIC. Se usó un método de investigación cualitativa que incluyó la
etnografía y la investigación-acción. Con la teoría fundamentada se realizó un
análisis del proceso seguido en el diseño de los materiales, las observaciones
de aula y la valoración de los diarios de los profesores que llevaron a cabo la
experimentación. Las conclusiones demostraron un desarrollo de las habilidades
de interpretación histórica junto con un desarrollo evolutivo muy positivo de
cómo los estudiantes elaboran narrativas históricas. A pesar de ello, se
considera necesario preparar más a los alumnos en habilidades heurísticas para
el uso y análisis correcto de las fuentes de información.
En
los aspectos característicos al ABP, el trabajo de los dicentes empezó con una
introducción a la temática a partir de la cual, se dedujo el planteamiento de
una pregunta que tuvo por finalidad establecer el propósito del proyecto. Se
siguió con la documentación del tema a abordar ofrecida a través de carpetas y
en las fases subsiguientes del proyecto, se amplió con la búsqueda autónoma en
internet. En el estudio no se hace mención de las etapas medulares de
planificación y elaboración, pero sí del contraste y debate de la exposición
pública del proyecto.
Se
usó un video elaborado previamente por una de las alumnas como introducción a
la temática histórica; con ello se favoreció fusionar la tecnología con los
métodos de enseñanza de las ciencias sociales. La elaboración colaborativa del
video, usando una diversidad de elementos multimedia y la búsqueda en internet
de información extra a la ofrecida en las carpetas, logró que los alumnos
trabajaran en forma creativa, beneficiando la ampliación del aprendizaje de una
manera muy distinta a la que hubiera podido hacerse sin tecnología, lo que
sumado a la exposición pública del proyecto dentro del grupo, le añade utilidad
en contexto. El proyecto digital también ofreció información para la
investigación en el ámbito de las ciencias sociales y de innovación tecnología
al encontrarse nuevas formas de lenguaje (audiovisual) para la representación
narrativa histórica.
En
cuanto al método histórico, puede identificarse que fue el centro de atención
en el diseño de la situación didáctica. Cada una de las etapas fue llevada a
cabo en el transcurso de tres etapas experimentales. La primera incluyó la
interpretación de fuentes primarias (recogida de datos) y la construcción de
una primera respuesta a la pregunta detonadora (hipótesis explicativas), la
segunda consistió en la revisión de diferentes fuentes contrapuestas a las
fuentes primarias para reelaborar su respuesta inicial (clasificación, crítica
y causalidad de las fuentes) y la tercera en realizar una narración histórica
en video, que interpretó las posibles causas del planteamiento inicial
(explicación histórica).
El
experimento al parecer no incorporó en su totalidad todas las cualidades del
ABP asistido con TIC; sin embargo, el proceso de enseñanza-investigación se apreció
como congruente con el método histórico, lo cual
pudo haber subsanado la falta de tiempo y actividades en las secciones de
planificación y elaboración del proyecto. Las TIC fueron aprovechadas desde
todas las directrices propuestas, a exclusión del desarrollo de habilidades
ciudadanas; aun así, es notorio que durante las actividades hubo oportunidades
para favorecer aspectos como la toma de perspectiva y la creación de sentido
común, pero estas no se trataron.
CONCLUSIONES
La enseñanza
en las aulas y la investigación educativa están siguiendo un mismo rumbo
dirigido a la identificación y creación de ambientes de aprendizaje
enriquecidos con las nuevas tecnologías. En este camino se vislumbra una
tendencia más fuerte en ofrecer oportunidades de aprendizaje a los alumnos
mediante estrategias de enseñanza que fomentan el trabajo colaborativo, el uso
de tecnologías y el enlace de la vida escolar con el mundo real.
Dentro
de estas estrategias, el ABP asistido con TIC ofrece una oportunidad para
cambiar las prácticas tradicionalistas en el aula, ya que éstas distan mucho de
poder lograr en los dicentes una educación con bases firmes para su vida
personal, profesional y en sociedad. La estrategia no es única en el dominio
histórico; de hecho, esta asignatura es de las últimas en las que se ha
incorporado, pues se ha privilegiado su uso en las ciencias experimentales y
las matemáticas. Esta es una más de las razones que debería fomentar su uso por
educadores e investigadores en historia.
Sobresale
la necesidad de investigación en el dominio histórico dentro del currículo
escolar, con el objetivo de explorar su utilidad en la adquisición de
contenidos, habilidades, actitudes y prácticas hacia esta disciplina. Además,
como oportunidad para examinar los diferentes tipos de tecnología (internet,
software, video, sitios web, etc.) fusionándolas a verdaderas experiencias que
les sean significativas a los estudiantes.
Lo
anterior, requiere no sólo el conocer las características básicas de la
estrategia, sino también tener un conocimiento de la historia, su enseñanza, su
proceso de construcción y sus interrelaciones con otros dominios, la ciencia,
la tecnología, así como la sociedad. En este ensayo se ha profundizado
principalmente en la construcción del conocimiento histórico: ¿Cómo los
historiadores desarrollan sus explicaciones de los hechos?; ¿Qué pasos siguen?.
Esto, con la finalidad de afirmar lo ya resaltado en la literatura teórica
reciente, acerca de la necesidad de involucrar a los alumnos en la práctica de
investigación histórica. En tal hecho, el marco conceptual del método histórico
de Prats (2001), resultó apto en la revisión de investigaciones en esta área
para corroborar en los estudios analizados, que un seguimiento apropiado del
proceso histórico puede sustituir características básicas del ABP asistido con
TIC y a la inversa, es decir, se puede hacer una secuencia enfatizada en los
pasos del ABP y no en el método histórico, en ambos casos en los estudios
revisados se consiguieron avances en el desarrollo de las habilidades y
actitudes históricas. A pesar de ello, es importante hacer aquí la aclaración
que en el segundo de los casos (ABP como central) es muy relevante que las
actividades de investigación vayan encaminadas a generar los procesos de
búsqueda, organización, análisis, síntesis e interpretación de la información,
los cuales son ampliamente abordados en el método histórico.
Por
otro lado, el segundo marco concerniente a las directrices de uso de la
tecnología en estudios sociales (Mason y otros, 2000), constituyó un elemento,
fructífero no sólo para conocer formas en que se pueden usar las tecnologías,
sino para situarlas como medios de interconexión de la historia con la ciencia
y la sociedad. De este modo, mediante el análisis prácticado, se pudo averiguar
que el uso de las tecnologías sólo implica un efecto positivo en el aprendizaje
histórico si amplían las oportunidades de los estudiantes en la elaboración de
tareas, y aun así, proponer la elaboración de proyectos digitales, puede no
ejercer ningún favorecimiento en el establecimiento de relaciones con la
ciencia, la sociedad y la formación ciudadana, siendo este último aspecto el
menos tratado durante el uso de la tecnología en esta asignatura. Se pone de
relieve que no sólo redefiniendo las actividades en su totalidad al uso de las
TIC se alcanza el pensamiento histórico; es necesario además que las
tecnologías ayuden a redirigirlas hacia propósitos más trascendentes como la
educación multicultural, la comunicación global, la participación activa en la
ciudadanía, etc.
Finalmente,
la experiencia de análisis con los marcos conceptuales revela que estos son
adecuados para la conformación de una metodología integradora de las etapas del
ABP, la práctica del historiador y la incorporación de las nuevas tecnologías.
Claro que el éxito de una investigación o experiencia educativa en el área de
historia no está precedida por la utilización puntual de estos marcos, pero sin
la menor duda, tenerlos en cuenta en la aplicación de ABP asistido con TIC o en
otras estrategias enfocadas al desarrollo del pensamiento histórico, daría
mayor énfasis a lo que se debe lograr, sin perderse en el camino.
REFERENCIAS
Artal, J.S. y Artacho, J.M.
(Noviembre, 2013). El problema reto en
ingeniería. Herramienta activa de enseñanza aprendizaje. Trabajo presentado
en el II Congreso Internacional sobre Aprendizaje, Innovación y Competitividad
(CINAIC), Madrid, España. Recuperado de
http://138.4.83.162/organiza/buscador_buenaspracticas/repositorio/20140318131021128-cinaic2013_submission_203.pdf
Basilotta,
V. y Herrada, G. (2013). Aprendizaje a través de proyectos colaborativos con
TIC. Análisis de dos experiencias en el contexto educativo. EDUTEC, Revista Electrónica de Tecnología
Educativa, 44. Recuperado de
http://edutec.rediris.es/Revelec2/Revelec44/aprendizaje_proyectos_colaborativos_TIC_experiencias.html
Cenich,
G. y Santos G. (2005). Propuesta de aprendizaje basado en proyectos y trabajo
colaborativo: experiencia de un curso en línea. Revista Electrónica de Investigación Educativa, 7 (2). Recuperado
de http://redie.uabc.mx/vol7no2/contenido-cenich.html
Díaz
Barriga, F. y Hernández, G. (2010). Estrategias
docentes para un aprendizaje significativo: una interpretación constructivista.
México: McGRAW-HILL.
Dodge,
B. (2007). ¿Qué es una WebQuest?. Recuperado de http://webquest.org/index.php
Doolittle,
P., Molebash, P., Lee, J., Hicks, D. y Bolick, C. (2003). Digital historical inquiry
project. In C. Crawford (Ed.), Proceedings
of Society for Information Technology & Teacher Education International
Conference 2003 (pp. 3155-3158). Chesapeake, VA: AACE.
Fang,
R., Chiang, W., Lih-Jiuan, T., Wang, L., Tsai, H. y Chen, Z. (2008). Project-Based
Learning Model & Self-learning Ability by Network. Wseas Transactions on Advances in Engineering Education, 6(5),
427-436. Recuperado de
http://www.wseas.us/e-library/transactions/education/2008/19-586-238.pdf
Gértrudix,
F. y Ballesteros, V. (2014). Herramientas 2.0. Recursos innovadores integrados
en los Proyectos Didácticos de Educación Infantil. Un estudio de caso. EDUTEC, Revista Electrónica de Tecnología
Educativa, 48. Recuperado de
http://edutec.rediris.es/Revelec2/Revelec48/n48_Gertrudix_Ballesteros.html
Gómez,
C. J., Ortuño, J. y Molina, S. (2014). Aprender a pensar históricamente. Retos
para la historia en el siglo XXI. Revista
Tempo e Argumento, 6(11), 5-27.
González,
G. A. (2011). La reflexión sobre la evaluación del profesorado en ciencias
sociales en formación. En P. Miralles, S. Molina y A. Santisteban (Eds.), La evaluación en el proceso de enseñanza y
aprendizaje de las ciencias sociales. Volumen 1 (pp. 213-220). España:
Ministerio de Ciencia y Educación.
González,
N., Pagés, J. y Santisteban, A. (2011). ¿Cómo evaluar el pensamiento histórico
del alumnado? En P. Miralles, S. Molina y A. Santisteban (Eds.), La evaluación en el proceso de enseñanza y
aprendizaje de las ciencias sociales. Volumen 1 (pp. 221-231). España:
Ministerio de Ciencia y Educación
Grant,
M. M. y Branch, R. M. (2005). Projet-based learning in a middle school: tracing
abilities throught the artifacts of learning. Journal of Research on Technology in Education,
38(1), 65-98. Recuperado de http://eric.ed.gov/?id=EJ719938
Havekes,
H., Aardema, A. y de Vries, J. (2010). Active historical thinking: designing
learning activities to stimulate domain-specific thinking. Teaching History, 139,
52-59.
Hernández-Ramos,
P. y De la Paz, S. (2009). Learning history in middle school by designing
multimedia in a project-based learning experience. Journal of Research on Technology in Education, 42(2), 151-173.
Recuperado de http://eric.ed.gov/?id=EJ868627
Herrerías,
C. y Isoard, M.V. (2014). Aprendizajes en proyectos situados: la universidad
fuera del aula. Reflexiones a partir de la experiencia. Sinéctica, 43, 1-16. Recuperado de
http://www.sinectica.iteso.mx/assets/files/articulos/43_aprendizaje_en_proyectos_situados_la_universidad_fuera_del_aula_reflexiones_a_partir_de_la_experiencia.pdf
Johnson,
L., Adams, S., Estrada, V., y Freeman, A. (2014). NMC Horizon Report: 2014 K-12 Edition. Austin, Texas: The New Media
Consortium.
Kilpatrick,
W. (1921). Dangers and difficulties of the project method and how to overcome
them: Introductory statement, definition of terms. Teachers College Record, 22(4),
283-288.
Lee,
J. K., y Hicks, D. (2006). Editorial: Discourse on technology in social
education. Contemporary Issues in Technology and
Teacher Education, 6(4), 414-417.
Levstick,
S. y Barton, K. (2011). Doing History.
Investigating with children in elementary and middle schools. New York:
Routledge. Recuperado de
http://books.google.es/books?id=WZGsAgAAQBAJ&pg=PR1&dq=Doing+history&hl=es&sa=X&ei=G9dyVJaYC4WtyQTV0oDADA&ved=0CDUQ6AEwAg#v=onepage&q=Doing%20history&f=false
Lucero,
M. y Montanero, M. (2006). Discurso causal en la enseñanza de la historia. Campo Abierto, 25, 89-101.
Maldonado,
M. (2008). Aprendizaje basado en proyectos colaborativos. Una experiencia en
educación superior. Laurus, 14(28),
158-180.
Mason,
C., Berson, M., Diem, R., Hicks, D., Lee, J. y Dralle, T. (2000). Guidelines
for using technology to prepare social studies teachers. Contemporary issues in technology and teacher education, 1(1), 107-116.
Moursund,
D.G. (2002). Project-based learning using
information technology. Eugene, OR: ISTE.
Ortuño,
J., Miralles, P., Molina, S., Alfageme, B. y Gómez, C. (Julio, 2011). Un spot
publicitario para una educación a través del paisaje. La adquisición de
competencias básicas a través del ABP. Trabajo
presentado en el Congreso Internacional de Innovación Docente, Cartagena,
España. Recuperado de http://repositorio.bib.upct.es/dspace/handle/10317/2163?locale=en
Pagés,
J. (2009). El desarrollo del pensamiento histórico como requisito para la
formación democrática de la ciudadanía. Reseña
de la Enseñanza de la Historia, 7, 69-91.
Partnership
for 21st Century Skill (2014). Framework for 21st century learning [archivo en
web]. Recuperado de http://www.p21.org/our-work/p21-framework
Prats,
J. (2001). Enseñar historia: notas para
una didáctica renovadora. Mérida: Junta de Extremadura.
Prats,
J. y Santacana, J. (2011). ¿Por qué y para qué enseñar historia? En G. Galicia
(Ed.), Enseñanza y aprendizaje de la
historia en la Educación Básica (pp. 18-68). México: Secretaría de Educación Pública.
Prieto,
J.A, Gómez, C. J. y Miralles, P. (2013). El uso de fuentes primarias en el aula
y el desarrollo del pensamiento histórico y social. Una experiencia en
Bachillerato. Clío, 39. Recuperado de
http://clio.rediris.es/n39/articulos/historiasocial/PrietoGomezMiralles.pdf
PUCP (s.f.). ¿Qué es el aprendizaje basado en proyectos? Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=Vp4ZQu4T6lw&ab_channel=PUCP
Santiago,
J. (2005). El libro de texto y la enseñanza de la historia. Presente y Pasado. Revista de Historia, 10, 170-184.
Santisteban, A. (2010) La formación
de competencias de pensamiento histórico. Clío
& Asociados, 14, 34-56. Recuperado de
http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.4019/pr.4019.pdf
Thomas,
J. W. (2000). A review of research on
project-based learning. California: The Autodesk Foundation.
Valverde,
J. (2010). Aprendizaje de la historia y simulación educativa. Tejuelo, 9, 83-99.
Comentarios
Publicar un comentario